Por: Rabina Sandra Kochmann*
En diciembre de 1988, un grupo de mujeres judías que asistían a un congreso en Jerusalem, decidieron rezar en el Kotel de la misma manera en la que estaban acostumbradas en las comunidades de sus países en las cuales eran activas participantes. Algunas mujeres israelíes las ayudaron a conseguir lo necesario para realizar la lectura de la Torá y rezaron todas juntas, algunas de ellas cubiertas con sus talitot. El rezo transcurrió pacíficamente hasta el momento de la lectura de la Torá, cuando mujeres y hombres de uno y otro lado de la mejitzá comenzaron a insultarlas e incluso a amenazarlas.
A partir de ese momento, sorprendidas por la hostilidad recibida por parte de gente de su mismo pueblo, el grupo de mujeres israelíes presente decidió tomar la posta e iniciar la lucha por los derechos de todas las mujeres judías de poder rezar libremente, según su costumbre, en el Kotel. Así surge el grupo "Nashot HaKotel", "Las Mujeres del Muro" que se reúne cada Rosh Jodesh para rezar en el Kotel. Desde entonces, durante dichos rezos estas mujeres son constantemente víctimas de violencia física y verbal, especialmente causados por grupos ultraortodoxos.
Desde 1989 estas mujeres reclaman a la Corte Suprema de Justicia de Israel un arreglo que permita el rezo de mujeres con talitot, tefilín y lectura de la Torá en el Kotel. En un principio, la Corte dio un plazo de 6 meses al Gobierno para responder a esa petición. Mientras tanto, fue emitida una orden de prohibir a mujeres rezar en el Kotel con talitot y tefilín. Como el plazo dado al Gobierno para una solución fue extendido una y otra vez, muchas mujeres fueron detenidas a lo largo de los años por ir a rezar con talit al Kotel.
En el año 1998, una comisión especial nombrada para buscar una solución al conflicto propuso que Las Mujeres del Muro pasaran a rezar en el área conocida como "El Arco de Robinson", la parte sur del Muro Occidental, conocido como el parque arqueológico Davidson.
En los años siguientes, los Movimientos Masortí (Conservador) y Reformista se unieron a la lucha de Las Mujeres del Muro, no solo para apoyar los derechos de toda mujer judía a rezar libremente en el Kotel, sino también para agregar a la misma el reclamo de los derechos de todas las corrientes religiosas judías a rezar según sus respectivas costumbres en dicho lugar sagrado.
Luego de años en los juzgados, un gran cambio ocurrió en el año 2013 cuando el Juez Moshé Sobel sentenció que la forma "aceptada" de rezar en dicho lugar sagrado para todo el pueblo judío hay que determinarla de manera pluralista y no solo según la costumbre ortodoxa, y, por lo tanto, no hay razón alguna para prohibir a mujeres rezar allí con talitot. Desde entonces, mujeres ya no son detenidas por rezar en el Kotel con talit y tefilín.
Sin embargo, el tema del uso de la Torá en la sección de mujeres sigue siendo un problema. El Rabino Shmuel Rabinovitch -responsable del Kotel- prohibió el ingreso de Sifrei Torá al Kotel para todos. La diferencia es que en la sección de los hombres hay cientos de rollos de la Torá disponibles para su uso, mientras que del lado de las mujeres no hay ni uno solo. A pesar de todos los inconvenientes y de los invasivos controles que sufren Las Mujeres del Muro, algunas veces ellas han conseguido ingresar una Torá para poder leerla.
Otro gran cambio ocurrió en septiembre del año 2013, con la construcción de una nueva plataforma –en teoría provisoria, pero que dura hasta hoy- en la parte sur del Muro Occidental, en el área del parque arqueológico Davidson, donde anteriormente se había sugerido que fuera el lugar de rezo de Las Mujeres del Muro. La idea propuesta por el Presidente de la Agencia Judía (Sojnut) Natán Sharansky, fue llevada a cabo por el entonces Ministro de Religión Naftalí Bennett. El área se conoce como "Ezrat Israel". Allí se llevan a cabo ceremonias igualitarias, donde toda la familia puede celebrar junta el Bar o el Bat Mitzvá de sus hijos e hijas, con talitot, tefilín y lectura de la Torá. Si bien se trata de un lugar público bajo mantenimiento del Gobierno, los Sifrei Torá y los sidurim que están allí pertenecen al Movimiento Masortí, quien administra la reserva de los mismos sin costo alguno. Actualmente, allí se celebran más de 1000 ceremonias anuales con decenas de miles de participantes.
Pero la mayor decisión que podría haber llegado a ser histórica, se firmó en enero del año 2016. Luego de 3 años de conversaciones entre representantes del Gobierno israelí, de la Sojnut, de los Movimientos Masortí, Reformista, Mujeres del Muro y del rabinato ortodoxo, se llegó a un acuerdo para la existencia de una tercera explanada en el Kotel, donde mujeres y hombres podrían rezar juntos. La misma estaría administrada por representantes del Gobierno, de la Sojnut y de los Movimientos Masortí, Reformista y Mujeres del Muro y recibiría financiamiento del Estado.
Pocos días después de aprobado el proyecto, los medios ortodoxos comenzaron a atacar los acuerdos logrados, los ministros ortodoxos se echaron atrás en lo que habían firmado, grupos de jóvenes ortodoxos ultranacionalistas llegaban a "Ezrat Israel" para molestar con violencia a las familias que celebraban juntas sus ceremonias y este proyecto nunca comenzó. En junio de 2017, en un debate imprevisto, el Gobierno de Israel decidió congelar este proyecto. A partir de esta decisión estalló una gran crisis en las relaciones entre el Gobierno israelí y los judíos de la Diáspora, en su mayoría identificados con los Movimientos Masortí y Reformista.
El 31 de agosto de 2017, la Corte Suprema de Justicia instó al gobierno de Israel a llevar a cabo el proyecto, considerándolo la mejor solución a la que probablemente se podrá llegar en este tema tan conflictivo, aunque hasta ahora no hubo ningún avance.
El conflicto del Kotel no solo es religioso, sino principalmente político. La lucha por los derechos de las diferentes corrientes religiosas por rezar en el Kotel según sus respectivas costumbres refleja la lucha por el pluralismo religioso judío en el Estado de Israel, donde el monopolio del Judaísmo está en manos de un determinado grupo ultraortodoxo que tiene el poder político que le da el gobierno para decidir cuál es la única forma de vida judía religiosa "aceptada oficialmente" en el Estado de Israel: cómo rezar, cómo casarse, qué es Kasher, quién es judío. Quienes creemos que hay diferentes maneras de ser judío y que todas ellas deberían ser respetadas, continuaremos luchando para que cada judía y cada judío pueda vivir su Judaísmo libremente en el Estado de Israel.
*Nacida en Paraguay, fue ordenada Rabina en el Seminario Rabínico Latinoamericano Marshall T. Meyer en el año 2000. Desde noviembre del 2005 vive en Jerusalem, Israel, donde trabaja en la Comunidad Masortí del barrio de Beit Hakerem y en el Movimiento Masortí (Conservador) como Coordinadora de casamientos, conversiones y de "Ezrat Israel", la parte igualitaria del Kotel. Participa regularmente en los rezos y actividades de Las Mujeres del Muro.
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